Darian Benitez Sanchez, 17

Darian Benitez Sanchez es parte de Aliento, una organización que apoya a estudiantes indocumentados y otros que cuentan con DACA. Recientemente, se juntó con más de 300 estudiantes de 30 escuelas diferentes en Arizona en el Capitolio del estado para pedir que inmigrantes sin papeles califiquen para la matrícula estatal. (Foto cortesía Darian Benitez Sanchez)

Darian Benitez Sanchez nació en Guanajuato, México, y cruzó la frontera a los Estados Unidos a los 4 años de edad. Entró en la secundaria ya ansioso para celebrar sus 15 años, la edad mínima para solicitar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, conocido como DACA. DACA fue creado en el 2012 por la administración del presidente Barack Obama para dar a ciertos jóvenes indocumentados un permiso temporal para vivir y trabajar en este país.

Pero su hora llegó demasiado tarde.

Fue solamente en la preparatoria, cuando estaba hablando con su consejero vocacional sobre sus opciones para una educación universitaria, que Darian se dio cuenta de que su educación estaba en peligro.

“Cuando ví la lástima en sus ojos, sabía que no había oportunidad para mí”, dijo Darian.

Aún así sin papeles, él tiene muchos sueños y metas.

Darian tiene 17 años y está cursando el tercer año en la preparatoria Brophy, una escuela privada de mucho prestigio a la que solo puede asistir porque calificó para becas. Mucha de su motivación viene de querer proporcionar una vida mejor para sus padres.

Su deseo después de graduarse es de ir a la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, un sueño que dijo tener desde pequeño.

Darian Benitez Sanchez dijo que está estresado porque no sabe qué va a pasar con su futuro, pero se rehúsa a esconderse (Foto cortesía Darian Benitez Sanchez) .

En los dos últimos años, ha enfocado sus estudios en clases avanzadas de matemática y física. Cree que le ayudarán a progresar hacia su meta profesional, que es abrir su propio negocio en Phoenix, la ciudad donde ha vivido prácticamente toda su vida, y trabajar con tecnología y arquitectura.

Quiere hacer este tipo de trabajo “en lugares como el sur de Phoenix, y en el lado oeste de la ciudad”, dijo, “lugares donde la gente está condenada al ostracismo, donde la gente necesita más ayuda”.

Hay veces que se siente desmotivado cuando piensa que no puede pagar el precio más alto que inmigrantes indocumentados tienen que pagar para ir a colegios y universidades públicas en Arizona o porque no tiene cómo aplicar para una universidad fuera del país. Pero sigue luchando.

Darian es parte de Aliento, una organización que apoya a estudiantes indocumentados y otros que cuentan con DACA. Recientemente, se juntó a más de 300 estudiantes de 30 escuelas diferentes en Arizona en el Capitolio del estado para pedir que inmigrantes sin papeles califiquen para la matrícula estatal.

El empezó a aprender cómo tocar el piano para expresar sus emociones. Darian dijo que está estresado porque no sabe qué va a pasar con su futuro, pero se rehúsa a esconderse.

Para él, el futuro está “lleno de miedo, claro, pero alguien lo tiene que hacer. La gente tiene que reconocer que no es algo para avergonzarse y necesitamos estar cómodos con quiénes somos”.

Si tuviera la oportunidad de hablar con el presidente Donald Trump, eso es lo que Darian le diría: “Es importante que escuches sus historias. Mucha gente tiene el potencial para contribuir si solamente tuvieran la chance”.