Juez limita tiempo que CBP puede retener a migrantes en centros ‘degradantes’ de Tucson

En esta fotografía de junio de 2018, agentes de la Patrulla Fronteriza procesan a migrantes que cruzaron la frontera sin documentos en sus instalaciones de McAllen, TX. Un juez federal recientemente encontró que las instalaciones de CBP en Tucson no reunían “las necesidades básicas para un ser humano”. (Foto por U.S. Customs and Border Protection)

WASHINGTON – Un juez federal dictaminó que Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) no puede retener a los migrantes por más de 48 horas en sus instalaciones de Tucson, de las que dijo que no estaban diseñadas para satisfacer las “necesidades humanas básicas…, por períodos prolongados”.

El juez federal de distrito de los Estados Unidos David Bury dictaminó que la situación en algunas de las nueve instalaciones de procesamiento de la CBP en el sector de Tucson “ofenden las nociones de decencia común”, con hacinamiento, falta de áreas para dormir o sábanas, falta de duchas y otros problemas. 

El fallo de Bury reconoció que CBP ha sido obligada a estirar “los recursos existentes para proporcionar las mejores condiciones de confinamiento disponibles” ante una oleada de migrantes y la incapacidad de otras agencias federales para tomar a los detenidos. A pesar de eso, dijo, las condiciones en las instalaciones de CBP son “presuntivamente punitivas y violan la Constitución”. 

Un portavoz de CBP dijo que la agencia está revisando el fallo y remitió preguntas sobre pasos a seguir al Departamento de Justicia, que no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios. 

Pero los abogados de los migrantes aclamaron la decisión.

“Vamos a ver cómo el trato mejorará dramáticamente de lo que es ahora y lo que ha sido a lo largo de años”, dijo el miércoles en una conferencia telefónica Álvaro Huerta del Centro Nacional de Derechos de Inmigración. “Esto establece lo mínimo que constitucionalmente una persona detenida debe ser tratada”.

El centro de derechos fue uno de varios grupos que presentaron una demanda colectiva hace cinco años en nombre de los detenidos en poder de CBP en el sector de Tucson.

“Estamos escuchando estas terribles historias sobre centros superpoblados, sobre condiciones muy frías, durmiendo en el suelo y así que nos reunimos y decidimos presentar esta demanda que en ese momento, era la primera de su tipo en todo el país”, dijo Marcela Taracena, una portavoz de la Unión Americana de Libertades Civiles de Arizona (ACLU, por sus siglas en inglés). 

Los detenidos ganaron una batalla inicial en 2016, cuando Bury emitió un mandato preliminar que ordenó a CBP cumplir con sus propios estándares para las detenciones a corto plazo y que proporcionara ropa de cama limpia para las personas recluidas durante más de 12 horas.

Pero después de la investigación de los hechos de siete días en enero, Bury dictaminó que las condiciones eran “especialmente duras y no relacionadas con el propósito de su confinamiento”. Dijo que los detenidos migrantes se enfrentaban a peores condiciones que los reclusos que estuvieron en las cárceles regulares por cargos criminales.


Vista aérea de una instalación temporal de CBP en Yuma, construida el año pasado para procesar a los migrantes que son aprehendidos o que se entregan en la frontera. (Foto por Jerry Glaser/U.S.Customs and Border Protection)

“La evidencia es indiscutible de que las condiciones…, en las estaciones de CBP del sector de Tucson son sustancialmente peores que las condiciones que se ofrecen a los detenidos criminales en la cárcel del Condado Santa Cruz u otras instalaciones de la cárcel”, escribió Bury.

En las cárceles, era probable que los reclusos recibieran un examen médico, una cama y condiciones adecuadas para dormir, ducha, cepillos de dientes y alimentos que incluye frutas y verduras, así como opciones religiosas y dietéticas.

Documentos judiciales, fotos de vigilancia y testimonios de testigos mostraron que desde por lo menos 2014, los migrantes fueron mantenidos durante días en las celdas que solo eran para mantener a individuos de 12 a 24 horas, en instalaciones que tenían dificultades para proporcionar artículos básicos de higiene y atención médica.

Los documentos también informaban que las instalaciones estaban tan superpobladas que los migrantes, incluidos los niños y las madres, se veían obligados a dormir sentados, en el suelo o en el área de los inodoros “por falta de espacio”, con las luces encendidas las 24 horas del día. 

Esas condiciones fueron descritas el miércoles por un ex detenido y testigo en el caso, que estaba en la conferencia telefónica con Huerta. 

“Cuando estaba detenido, casi todos los niños estaban enfermos y el aire estaba tan frío”, dijo el testigo, cuyo nombre no se dio a conocer en la llamada. 

“Cuando les pedimos que bajaran el aire frío, ellos dijeron que tenían que mantenerlo frío porque estaban tratando de matar el virus que estaba a enfermando a todos”, dijo a través de un traductor. “No estábamos pidiendo lujos, pero fue realmente incomodo”.

Bury dijo que los problemas se derivan del hecho de que CBP solo debe procesar a los migrantes y entregarlos a otras agencias federales para su detención. Pero esos organismos a menudo no “dan luz verde” para el traslado de migrantes, lo que “obliga a CBP a ponerse en los zapatos mal ajustados de un centro de detención y cumplir con las responsabilidades de la detención” de organismos como Inmigración y Control de Aduanas, escribió. 

En 2019, la estancia media en un centro de CBP fue de poco menos de 54 horas, de acuerdo a el fallo, mientras que alrededor del 19% de los detenidos ese año, o 12,030 migrantes, fueron retenidos durante más de 72 horas. 

Bury dijo que no hay ninguna justificación gubernamental para que CBP mantenga a los migrantes tanto tiempo. Su orden dijo que CBP, con algunas excepciones, no puede retener a un migrante más de 48 horas después de haber sido procesado para su traslado a otra agencia, a menos que también pueda proporcionar condiciones que “satisfagan las necesidades humanas básicas para dormir en una cama con una sábana, una ducha, alimentos que cumplan con los estándares dietéticos aceptables, agua potable y evaluaciones médicas realizadas por un profesional médico”. 

Taracena calificó el fallo como una “gran victoria, pero no ha terminado y vamos a seguir vigilantes de que CBP sea responsable”.


Este reportaje fue redactado originalmente en inglés por Christopher Scragg/Cronkite News