En Perú, un nuevo modelo para proveer asistencia a migrantes

Marco Luis Cavanzo Labrador llena formularios para recibir asistencia de la Unión Venezolana en Perú. La ONG provee ayuda psicológica, social y laboral a migrantes venezolanos en Perú. (Foto por Mia Armstrong/Cronkite Borderlands)

LIMA, Perú — Más de 700,000 venezolanos se han reasentado en Perú, un éxodo forzado por el caos político y económico que ha resultado en hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, al igual que preocupaciones de seguridad.

Aproximadamente el 90 por ciento de los migrantes venezolanos se arraigan en Lima, según la Embajada de los Estados Unidos. A la vez que este número incrementa, una organización no gubernamental fue formada en el 2015 cuando se empezó a ver el comienzo de un gran número de venezolanos que llegaban a Lima y que necesitaban de asesoría.

Al abrir sus puertas hace 4 años, la Unión Venezolana en Perú vio necesario establecer programas que ayuden a estos migrantes con los efectos físicos y emocionales que enfrentan después de huir de su país y tener que restablecerse. Estos programas van más allá de la orientación que brindan día a día en cuestión de procedimientos migratorios.

“Lo que al comienzo era una forma de organizar a los venezolanos, de crear como una especie de club, de crear como una colonia aquí, pasó a ser la forma de ayudar,” dijo Martha Fernández, directora ejecutiva de la organización no gubernamental (ONG). “No había embajada, y pasamos a ser en veces la embajada.”

Aunque sí existe una embajada venezolana en Lima, representantes venezolanos reconocen que no cumple con todas las funciones que debe ofrecer a sus ciudadanos. Carlos Scull es el embajador venezolano en Lima bajo Juan Guaidó. Tras la reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela en el 2018, Guaidó el jefe de la Asamblea Nacional venezolana se declaró como el “presidente interino” y es reconocido por el gobierno peruano.

“Sí, hay muchas ONG que están trabajando, pero creo que carecen de una representación del Estado. La embajada aquí no funciona realmente”, dijo Scull.

Según Oscar Pérez, el presidente de la Unión Venezolana en Perú, además de asistencia consular, la ONG se está enfocando en cinco ejes: la implementación de un “plan de asimilación productiva”, la creación de un fondo de previsión social para los venezolanos en el Perú, el establecimiento de un centro de apoyo emocional, el desarrollo de una “escuela de soñadores” para emprendedores venezolanos, y la revitalización de una plataforma de comunicaciones para difundir información de “vital importancia”.

Carlos Samaniego, psicólogo voluntario en la ONG Unión Venezolana en Perú le ofrece una consulta a una mujer venezolana en sus oficinas en el distrito de Miraflores en Lima. (Foto por Paulina Verbera/Cronkite Borderlands Project)

El Plan de Asimilación Productiva, cuya consigna es “talento y corazón, sin fronteras”, tiene el reto de aprovechar del hecho de que, según la Unión, 48 por ciento de las mujeres y casi un 37 por ciento de los hombres emigrantes venezolanos tienen un título universitario.

El objetivo del plan, según documentos de la ONG, es “sumar el talento profesional venezolano a los retos de desarrollo del país; en la satisfacción de necesidades, urgencias y déficits sociales y productivos en todo el Perú”.

Para lograr eso, la ONG creó un registro de profesionales migrantes, que incluye más de 33,000 personas, según un informe proporcionado a Cronkite Noticias en marzo de 2019. Sin embargo, la revalidación o reconocimiento de títulos puede se una barrera para migrantes profesionales que quieren trabajar en Perú — algunos son disuadidos por el costo de obtener revalidación o reconocimiento de su título, y otros huyeron de Venezuela sin poder obtener los documentos correctos.

Aunque 88 por ciento de los profesionales venezolanos registrados residen en Lima y Callao, 81 por ciento están dispuestos a reubicarse a lugares más rurales, según un informe de la Unión.

La ONG también cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos — por ejemplo, el gobierno estadounidense dio $25,000 dólares a la unión para colchones y ropa de abrigo.

Sin embargo, la ONG no deja de tener sus críticos. Entre ellos se encuentra Ricardo Belmont, un comentarista y político peruano, quien fue alcalde de Lima en la década de los noventa. Belmont critica a la ONG por tener lo que él dice son “propósitos políticos”.

Belmont se lanzó para la alcaldía en 2018, y alimentó una polémica por sus comentarios sobre la migración venezolana — específicamente que “les quitan trabajo… a peruanos”.

“La migración organizada está bien”, dijo Belmont en una entrevista con Cronkite News. “No les vamos a cerrar las puertas a ninguno de nuestros hermanos latinoamericanos. Pero tiene que ser una migración ordenada, organizada, como se hace en todos los países del mundo”.

Belmont rechaza la idea de que sus comentarios sobre venezolanos son xenofóbicos.

Y aunque no hay duda que la Unión Venezolana es una voz fuerte en contra del gobierno de Maduro y que apoya a Guaidó, Pérez, el presidente de la Unión rechaza la idea de que su organización tenga propósitos políticos.

“Propósitos políticos fue los que (Belmont) tuvo durante la última campaña electoral en donde en lugar de ofrecer soluciones a los problemas que deben enfrentar los limeños basó su campaña, su estrategia electoral en cuestionar la presencia de venezolanos en el Perú”, dijo Pérez. “En lugar de ofrecer a los limeños alternativas para que esta ciudad siga creciendo de manera armoniosa, centró su campaña en atacar a los venezolanos y vimos como quedó de quinto lo cual quiere decir que la gente no le compró esos mensajes, no le compró esos mensajes cargados de xenofobia, cargados de discriminación, cargados de odio”.

Las necesidades de las familias que la ONG está ayudando son menos políticas y más básicas.

Marco Luis Cavanzo Labrador y su esposa Belkys Pérez llevan un poco más de un año en Lima, pero al traerse a su hijo Marco Luis de 9 años una de sus primeras preocupaciones fue encontrar una escuela para que continuara su educación como la dejó en Venezuela.

Marco Luis Cavanzo Labrador y su esposa Belkys Pérez, acompañados por su hijo Marco Luis de 9 años, no han tenido suerte en inscribirlo en una escuela limeña, antes del comienzo de clases. (Foto por Paulina Verbera/Cronkite Borderlands Project)
Wendy Guzmán Arrestegui es una voluntaria en la ONG Unión Venezolana en Perú, y ayuda a Marco Luis con unas actividades escolares mientras sus padres buscan apoyo para inscribirlo en clases. (Foto por Paulina Verbera/Cronkite Borderlands Project)
Belkys Pérez acude a la ONG Unión Venezolana en Perú para buscar recursos de cómo inscribir a su hijo de 9 años en alguna escuela del área. (Foto por Paulina Verbera/Cronkite Borderlands Project)

“La situación de venir acá es pedir orientación porque me preocupa que él en Venezuela hizo primer grado y segundo grado, paso a tercer grado, pero no terminó el grado. Me traje los papeles de él, pero cada vez que he llegado a varias instituciones educativas acá me atrancan la puerta con la finalidad de que no hay cupo”, dijo Cavanzo. Su esposa y él buscan como último recurso el apoyo de esta ONG para sacar adelante a su familia durante esta nueva etapa.

El caso de esta familia es solo uno de los cientos de venezolanos que acuden a esta organización cada semana en búsqueda de recursos para tener éxito — o por lo menos sobrevivir — en un país nuevo.

“Creemos que es importante convertir el año 2019 en el año de la total y plena integración de la población venezolana en el Perú”, dijo Pérez.