En la frontera, Pence urge a demócratas a arreglar “nuestro sistema de asilo roto”

El vicepresidente Mike Pence inspeccionó la barda fronteriza que separa la ciudad de Nogales, México de su vecina ciudad con el mismo nombre, y culpó a los demócratas por no poner manos a la obra para solucionar lo que la administración del presidente Donald Trump describe como una “crisis humanitaria y de seguridad”.

Parado junto al gobernador de Arizona, Doug Ducey, cerca de una barda fronteriza de acero cubierta de alambre de púas que separa ambos municipios, Pence instó a los demócratas en el Congreso a solucionar a lo que se refiere como un “imán para nuestro sistema migratorio roto”.

“Ustedes están haciendo su trabajo, el presidente está haciendo su trabajo, es hora de que los demócratas hagan su trabajo”, le dijo a un grupo de agentes de la Patrulla Fronteriza.

A pesar de que la administración de Trump no está considerando volver a iniciar su política controversial de separar familias, dijo Pence, si llamó a ponerle un alto a la política de “atrapar y liberar” y expresó su deseo de “enmendar decisiones de la corte” relacionadas con la detención de menores y de miembros de sus familias. Pence se refiere a un acuerdo en las cortes del caso de 1997 conocido como Flores, el cual establece los límites en el tiempo y las condiciones en las que las autoridades de migración pueden detener a menores de edad que cruzaron la frontera hacia Estados Unidos.

Grupos de abogados se han opuesto a estos cambios propuestos por la administración de Trump.

“Estas regulaciones eliminarían órdenes de las cortes establecidas desde hace mucho para proteger a los menores, resultando en que más familias, incluyendo a niños pequeños, sean detenidas por largos periodos de tiempo”, dijo Anastasia Tonello, presidente de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración en un boletín de prensa en 2018.

Pence también enfatizó el compromiso de la administración de invertir fondos en un muro fronterizo, a pesar de la oposición a eso en el Congreso.

“Los muros funcionan. Ustedes saben eso mejor que nadie”, dijo Pence a los agentes de la Patrulla Fronteriza, agregando que la administración está buscando formas de llenar las vacantes en el personal dentro de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP por sus siglas en inglés) y modernizar los puertos de entrada.

La visita de Pence ocurrió varios días después de la renuncia de la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés), Kirstjen Nielsen, en medio de la frustración reportada en los medios de Trump sobre lo que se ha llamado un número alarmante de migrantes centroamericanos que han llegado a pedir asilo.

CBP reportó recientemente que las detenciones en la frontera sur en la primera mitad del año lectivo 2019 han llegado a ser casi igual de altas que en el 2018.

El alcalde de Nogales, Arturo Garino es uno de los críticos de la caracterización de está administración, acerca de la frontera como un sitio peligroso o en crisis.

Garino y el Concilio de la Ciudad de Nogales le han pedido a la administración de Trump que remueva el alambre de púas o concertina que se instaló a lo largo de la barda fronteriza este año. Garino ha dicho que el alambre representa un riesgo a la seguridad y envía el mensaje equivocado a la gente de Sonora, México.

En el centro de Nogales, Evan Kory, cuya familia es propietaria de la tienda La Cinderella, dijo que tenía la esperanza de que Pence discutiera sobre los problemas de cruzar la frontera legalmente para ir de compras a Nogales, especialmente con las largas esperas para ingresar al país.

“La crisis de la que se está hablando no existe”, dijo.

La visita de Pence ocurre menos de una semana después de que Trump visitó la frontera en Calexico, California. El jueves pasado, Nielsen también visitó la frontera en Yuma antes de reunirse con Trump en California.

Ambas visitas ocurrieron después de que Trump amenazó con cerrar la frontera entre Estados Unidos y México completamente. Más tarde, revirtió su amenaza, diciendo que dará a México una “advertencia de un año” para frenar el ingreso de migrantes cruzando la frontera suroeste.

Grupos de libertades civiles y de defensa de migrantes, entre ellos Amnistía Internacional, han argumentado en contra de las políticas migratorias de la administración, particularmente entre las dirigidas a personas que solicitan asilo, quienes tienen el derecho bajo el derecho internacional a presentarse en los Estados Unidos y tener sus casos procesados para protección.

La última vez que Pence visitó Arizona fue en marzo, cuando expresó su apoyo para la declaración de una emergencia nacional de Trump, la cual permitió usar fondos federales de emergencia para construir el muro fronterizo que lleva tanto prometiendo sin aprobación del Congreso. Esa declaración ya se encuentra en la corte.

En un comunicado, Glenn Hamer, el presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Arizona, enfatizó la importancia del comercio transfronterizo.

“La Casa Blanca también debe parar con sus amenazas de cerrar la frontera completamente. Un cierre fronterizo sería no solo una catástrofe económica, sino también es dudoso que tendría algún efecto en las tendencias migratorias desde centroamérica”, dijo Hamer.

Garino dijo que de 65 a 70 por ciento del impuesto a la venta recolectado en Nogales viene de los mexicanos que cruzan la frontera legalmente para comprar productos en Nogales y por toda Arizona.

Grupos medioambientales también han expresado oposición al alambre de púas y las políticas fronterizas de la administración.

“Pence debe estar avergonzado de venir a Nogales o a cualquier otra comunidad fronteriza”, dijo Laiken Jordahl, un activista fronterizo del Centro para Diversidad Biológica en Tucson en un correo electrónico. “A menos que Pence esté aquí para derribar el pésimo alambre de púas que su administración puso en esta comunidad segura, debería hacer sus maletas y volver a casa. Es repugnante que Pence y Trump sigan demonizando estas ciudades fronterizas y luego usándolas como accesorios. Tiene que detenerse”.

Hamer dijo que la solución a largo plazo de la seguridad fronteriza involucra una “reforma migratoria completa que mejore la seguridad fronteriza, aumente el personal en los puertos de entrada para procesar el comercio y los viajes a la vez que se intercepta el contrabando, revisando nuestras leyes anticuadas de visas, y de una vez por todas prestar atención a los individuos indocumentados que ya tenemos aquí, incluyendo a un estimado de 800,000 individuos con estatus indocumentado que fueron traídos a Estados Unidos como niños”.