Puerto Rico Reconstruye – A 7 meses de María familia vive en una escuela
Segunda parte
Por Mersedes Cervantes | Cronkite Noticias
Jueves, 26 de abril, 2018
Corozal, Puerto Rico – A poco menos de a diez minutos del centro del pueblo de Corozal, se encuentra la familia de Michel Rodriguez. Ella, su hijo de 5 años y su esposo, se mantienen refugiados en una escuela que estaba abandonada. A más de 7 meses después del huracán María permanecen con esperanzas de poder regresar pronto a su hogar.
“En el refugio que yo estaba, caballeros y damas estaban utilizando el mismo baño y nadie me aseguró a mí la seguridad de mi hijo”, dice Michel, de 27 años.
Aunque su hogar se encuentra a sólo unas yardas de dónde se están quedando, aún no está segura de cuándo podrán volver. A la vivienda le hacen falta servicios básicos, como agua, electricidad y aún no tienen techo.
Durante María los vientos fueran tan fuertes que los árboles alrededor de su hogar colapsaron y para llegar a su casa tienen que usar una escalera y mover partes del tronco de un árbol para llegar hasta donde debería estar la puerta.
“A veces tanta oscuridad y mi esposo muchas veces trabajando, pero no me afecta a veces uno tiene que sentirse fuerte para poder sobrevivir”, dice Michel.
Michel dice que no está sola en sus esfuerzos.
“Tenías compañeros aquí que trataban de aguantar mientras sus esposas, sus hijos, su mamá, su papá, sus abuelos estaban allí”, cuenta Nery Luz Rivera-Rivera la directora de Manejos de Servicios de Emergencia en el municipio de Corozal a 17 millas de San Juan.
Cuando el huracán tocó tierra, eran las seis de la mañana y las líneas de teléfono pararon de funcionar y se quedaron sin comunicación.
Seis meses después del huracán María, el trabajo para reconstruir a Corozal aún no ha terminado.
El pueblo con una población de casi 40 mil personas depende de los servicios que ofrecen el equipo de Rivera-Rivera. Es aquí donde mucha gente vino a buscar a ayuda de rescate y paramédicos, y donde aún continúan llegando las solicitudes de apoyo.
“No porque hoy nos vistamos un poquito mejor o nos maquillamos y nos arreglemos significa que está todo espectacular”, dice Rivera-Rivera.
A pesar de esto, la funcionaria todavía puede ver que esta tragedia ha unido a su comunidad, y esto es algo que en su opinión se puede ver en todo Puerto Rico.
“Si te faltaba agua, aunque fuera la última agua de ellos, siempre estaba esa ayuda, pero después de ayuda – realmente era más”, dice Rivera-Rivera.
Es ese apoyo entre vecinos que ha ayudado a que Michel y su familia puedan permanecer refugiados en la escuela y aun vivir su vida lo más normal posible. Michel cuenta que cuando su familia no tenía cama y dormía en el piso, sus vecinos le dieron un colchón, y cuando no tenían un generador para poder contar con un refrigerador, les regalaban agua fría.
“No somos malas personas, si no nos ha pasado vivir una situación bastante fuerte”, dice Michel.
Primera parte:
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