Tener la casa propia ya no es sueño para “Dreamers”, sino inversión

Angel Diaz, de 24 años no sólo compró su casa sino que también es vendedor de bienes y raíces. Pero no está seguro sobre el futuro de su estatus en el país tras la cancelación de DACA. (Foto por Jesse Stawnyczy/Cronkite News)

Después de un largo día de trabajo, Angel Diaz llega a su casa, estaciona su vehículo y encuentra refugio sabiendo que ya es dueño de su propio hogar. Este es el sueño de Diaz, pero es un sueño que no está del todo completo.

El futuro de más de 800,000 jóvenes en este país como Diaz que un amparo contra la deportación conocido como DACA está en las manos de una corte federal. A pesar de esta incertidumbre, muchos, como él siguen arraigando sus raíces en Arizona.

Mientras tanto el Congreso debate la posibilidad de encontrar una solución permanente para los jóvenes protegidos por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por siglas en inglés).

“Es una experiencia agridulce porque tenemos la oportunidad de trabajar, ir a la escuela, tenemos esa satisfacción, porque tenemos la satisfacción de manejar con licencia. Agria, porque es temporal”, dice Angel de 24 años.

En Arizona hay más de 4,500 dueños de casa que cuentan con DACA, según un análisis de Zillow una compañía de bienes y raíces, que utilizó datos de una encuesta del Center for American Progress y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración.

Dulce Matuz, una agente de bienes y raíces en Phoenix, ha ayudado a más de cien jóvenes como Angel a cumplir esta meta.

“La mayoría de los soñadores que vienen con DACA entienden que hacer una inversión de compra de casa es algo que los va a ayudar no nomás a ellos, pero a su familia”, afirma Matuz.

Es precisamente por eso que Diaz, quien ayuda a sustentar a su familia, decidió comprar un hogar no solamente para sí mismo, pero también para darle un sentido de comodidad y seguridad a su madre.

Agustina Diaz de 53 años, corta naranjas mientras prepara la cena. (Foto por Jesse Stawnyczy/Cronkite News)

“A pesar de su corta edad él siempre ha pensado en nosotras, más que nada en mí, él ha mirado que hemos batallado mucho y estoy muy contenta y muy agradecida con él y doy muchas gracias que él pudo lograr esto”, dice Agustina Diaz, la madre de Angel.

Agustina, de 53 años, afirma que es a través del trabajo duro y desempeño de su hijo, que él solo, pudo calificar para comprar un hogar de más de $150,000. Diaz trabaja como vendedor de bienes y raíces y estudia una carrera en negocios en la Universidad Estatal de Arizona.

La madre de Angel dice que no necesita de mucho para ser feliz. Agustina llegó a Estados Unidos hace casi dos décadas desde Guerrero buscando oportunidades económicas para sustentar a su familia. Se ha ganado la vida por más de 15 años limpiando casas para poder ofrecerle una vida mejor a su familia.

Es por eso que cuando por primera vez vio la casa con su hijo, lo primero que le encanto fue la idea de tener su propia lavadora y secadora. También poder tener un jardín donde puede salir y cocinar en su asador, algo que ella dice la recuerda mucho a México.

Desmintiendo mitos

Los obstáculos principales que enfrentan algunos jóvenes con DACA e inmigrantes indocumentados para comprar casa son los mitos.

Matuz dice que uno de los mitos más grandes es que una persona debe ser estadounidense para poder ser propietaria de una casa.

“No hay ninguna estipulación, o ningún obstáculo para que una persona de otro país, de cualquier país pueda comprar una casa en los Estados Unidos,” dice Matuz.

También agrega que si por algún motivo alguien ya no se encuentra en los Estados Unidos, aún tienen derecho a su propiedad.

Vanessa Torres, una prestamista localizada en Phoenix enfatizó la importancia de estar bien informado. Muchas personas con DACA piensan que no califican, dice.

“Porque dicen: ‘Ya se va a acabar DACA, ya no me van a renovar, ya no me van a dar el préstamo’. Hasta ahorita no ha habido ningún anuncio de que se va acabar de prestarles a las personas que tienen DACA”, asegura Torres.

También añade que de igual forma a los ciudadanos de Estados Unidos, los beneficiarios de DACA solamente necesitan cuatro cosas: los últimos treinta días de talones de empleo, el formulario de W-2 de los últimos dos años o los impuestos y el estado de cuenta de su banco. Aparte los beneficiados con DACA deben presentar su permiso de trabajo vigente.

Angel Diaz, su madre Agustina Diaz (derecha) y su sobrina Estephanie Reyes juegan con su perro, Puma, en su casa en el norte de Phoenix. (Foto por Jesse Stawnyczy/Cronkite News)

Hacia la hora de la cena, Agustina, la madre de Angel, prepara carne con chile, pero antes aprovecha a relajarse con Diaz y su perro Puma.

Con el constante debate sobre el futuro de DACA en el Congreso o una ley que lleve a la legalización de jóvenes como él, aún no pierde los ánimos.

“Creo que va haber una diferencia muy grande en el futuro y si llegan a quitar DACA – tenemos la satisfacción (de que) mientras tuvimos la oportunidad, pudimos hacer algo”, concluyó.