Denuncian riesgos de autobuses escolares para salud de niños en barrios latinos

Todas las mañanas, Ramón de 7 años, y Oslin de 9 años, salen de su casa con sus mochilas escolares paseándose en sus patinetas antes de tomar el autobús escolar que los transportará las 20 millas de distancia hasta la Escuela Primaria Cesar Chávez. Esa es su rutina de lunes a viernes, de agosto a mayo.

La madre de los niños, Herlinda Calderón, está convencida que este mismo transporte escolar que les facilita llegar a la escuela, empeora los problemas respiratorios de su hija.

Oslin tiene asma, y los autobuses que la llevan a la escuela todos los días funcionan a diésel. Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), este tipo de combustible genera gases tóxicos, que pueden empeorar condiciones crónicas como el asma que tiene Oslin. Los niños son la población más vulnerable, de acuerdo al EPA.

“Llega (Oslin) a la casa, y llega cansada y se duerme”, dijo Calderón. “No disfruta casi sus tardes porque pues necesita descansar debido al asma que tiene. Nosotros la hemos tenido controlada, pero si nos da miedo que sus ataques de asma vuelvan otra vez”.

La familia de Calderón no es la única afectada por problemas en las vías respiratorias en el Condado Maricopa. Un análisis realizado por Cronkite News, entre el 2009 y 2015 determinó que en los vecindarios al sur y oeste de Phoenix -donde viven muchas familias de bajos ingresos- se da el índice más elevado de casos de niños que requieren atención médica urgente por el asma, comparado a niños que viven en otras partes del valle.

Los Calderón viven en el código postal 85009 que ocupa el quinto puesto por el número más elevado de casos, según el análisis de Cronkite News que utilizó datos del Departamento de Salud e información del censo.

En esa área un 81 por ciento de las personas son latinos y una mayoría de ellos se identifican como mexicanos, según estadísticas de la Encuesta de Comunidades Americanas del censo en el año 2015.

De acuerdo a un análisis de Chispa, una organización que protege el medio ambiente, el asma y otras aflicciones a las vías respiratorias de los niños en estos barrios están relacionados con las emisiones tóxicas de los autobuses escolares. A través de la campaña “Autobuses Limpios para Niños Saludables” en abril presentaron una solución al problema: deshacerse de los autobuses a diésel. La idea es que sean reemplazados por autobuses eléctricos y que estos sean adquiridos con los fondos de una multa de 57 millones de dólares que la empresa Volkswagen le tiene que pagar al estado de Arizona.

“Sería un cambio en donde todas las partes ganan”, dijo Masavi Perea, el director de Chispa AZ. “Las escuelas pudieran ahorrar dinero, la contaminación sería mucho menos y también los niños que están expuestos al camión por más de dos horas diarias no estarían expuestos a esos tipos de gases venenosos”.

Chispa quiere que el gobernador Doug Ducey use el dinero de una multa federal contra la empresa automotriz Volkswagen, que es responsable por haber vendido automóviles a diésel que causaban emisiones tóxicas.

Volkswagen llegó a un acuerdo con el gobierno federal en el 2015. El mismo requiere que la compañía alemana pague casi 15 mil millones de dólares para compensar a los clientes de sus automóviles y mitigar la polución.

Arizona va a recibir los fondos durante un período de 10 años.

La Oficina del Gobernador Ducey no respondió a los pedidos de Chispa Arizona para reunirse y explorar soluciones como el uso del dinero de la multa para comprar autobuses eléctricos. El vocero de Ducey tampoco contestó a repetidas solicitudes para comentar sobre la campaña de Chispa.

Sin embargo, el gobernador tiene el poder de resolver este problema por orden ejecutiva, según el representante estatal Tony Navarrete del distrito 30.

“Nosotros representantes y senadores de la Legislatura aquí en Arizona ya firmamos una carta al gobernador Ducey para que el use ese dinero para comprar nuevos camiones”, dijo Navarrete. “Nuestras escuelas no tienen los fondos suficientes y no están recibiendo lo que deben recibir”.

Encontrar una solución es urgente para Perea.

El Condado de Maricopa manda alertas sobre la contaminación alrededor de siete a 10 días al año en donde sugieren que el público evite salir de sus hogares por el elevado nivel de polución en el aire, enfatizó. Por eso Perea dijo que seguirán insistiendo.

“Lo que nosotros le estamos pidiendo al gobernador es que use el dinero en donde más se necesita, que viene siendo en nuestros niños”, dijo Perea.

A pocos minutos de donde vive Calderón se encuentra la autopista I-17 y cerca de su casa hay una empresa que vende y repara autobuses escolares a diésel. Pero el problema de la polución se extiende más allá de los autobuses escolares para Calderón.

“Los olores aquí en esta área son horribles la verdad”, dijo Calderón. “Huele muy fuerte como a gas, tenemos la basura aquí cerca y todo eso cerca y todo eso se respira muy horrible en la noche y pues yo no saco a mi niña”.