Nuevas tácticas: Resisten deportación inmigrantes en riesgo

PHOENIX – Una parada rutinaria de tránsito por un policía de Mesa por exceso de velocidad fue el comienzo de la pesadilla de Maria Guadalupe Arreola hace cinco años.

“No traía un ID (identificación). Me arrestaron me llevaron a la delegación y luego le llamaron a ICE (Oficina del Control de Inmigración y Aduanas) y ICE fue a los tres meses a mi casa a arrestarme”, dijo Arreola.

Luchar en contra de la deportación ha sido una batalla no sólo para ella sino toda su familia, la cual ha hecho lo imposible para que la inmigrante mexicana de 58 años permanezca en Estados Unidos.

Su hija Erika Andiola, de 29 años, es una activista destacada en el movimiento pro inmigrante nacional y ha apelado al apoyo de la comunidad para frenar la deportación de su madre todos estos años.

Hasta ahora el esfuerzo ha sido exitoso. Las últimas veces que Arreola se ha presentado en la Oficina del Control de Inmigración y Aduanas (conocida como ICE) para su cita anual logró salir en libertad. Durante la administración del ex presidente Barack Obama las autoridades de migración tenían discreción a la hora de ponerle un alto a la deportación de una persona en base a prioridades. Por ejemplo: casos de personas con hijos estadounidenses que no tienen antecedentes penales.

Pero este año las cosas cambiaron con la llegada al poder del presidente republicano Donald Trump quien hizo campaña prometiendo la deportación de todos los inmigrantes indocumentados.
Tras el anuncio de nuevas órdenes ejecutivas la familia de Arreola estaba preocupada.

El 13 de junio Thomas D. Homan, el director interino de ICE dijo durante su testimonio ante el comité de apropiaciones de la Cámara de Representantes, que ninguna población está libre de ser detenida.

Homan reconoció que ha habido un incremento en los arrestos de inmigrantes sin antecedentes penales porque antes no eran una prioridad. En los primeros 100 días del gobierno de Trump, un 25 por ciento de los inmigrantes indocumentados que fueron deportados carecían de antecedentes penales, según datos de ICE.

“Si estás en este país ilegalmente, cometiste el crimen de entrar ilegalmente, debes hacerte responsable, deberías cuidarte las espaldas, y necesitas estar preocupado”, dijo Thomas durante su testimonio.

Arreola estaba asustada porque este año sucedieron una serie de deportaciones a raíz de citas de control a las oficinas de ICE. En febrero, Guadalupe Garcia de Rayos, una inmigrante mexicana con dos hijos estadounidenses fue deportada después de casi nueve años de estar luchando por permanecer en el país. Su caso empezó por ser detenida en una redada en su sitio de empleo por alguaciles del Condado Maricopa.

Garcia de Rayos tenía antecedentes por trabajar con documentos falsos.

En mayo, las autoridades detuvieron a Marco Tulio Coss-Ponce quien tenía una orden de deportación desde el 2013.

El caso de Arreola es muy diferente por una experiencia que tuvo en su país natal.

Hace cerca de 20 años Arreola huyó de su país con sus hijos tras ser víctima de violencia doméstica. Pero en ese entonces no sabía que podía pedir asilo político en los Estados Unidos. La ley establece un plazo de un año para solicitar ese recurso migratorio y Arreola no lo hizo.

Sin embargo, su abogado Ray A. Ybarra Maldonado explicó que aunque Arreola no califica para el asilo, sí califica para algo titulado como “retención de expulsión”. Este beneficio le pone un alto a la deportación pero es un permiso que no es concedido muy frecuentemente.

Ybarra enfatizó que Arreola tiene un caso muy singular.

“Recientemente cuando averiguamos que la estaban tratando de deportar otra vez, nos dimos cuenta que califica para la retención de expulsión y que debía informar a ICE de su miedo de regresar, y ese es el proceso en el que estamos ahora”, dijo Ybarra.

Arreola ya se presentó a una entrevista de miedo creíble por cinco horas. Ese es el primer paso para poder otorgarle la retención de expulsión. Esta entrevista es realizada por autoridades de inmigración quienes evalúan si la persona presenta un argumento verídico de que teme por su vida de ser deportada a su país de origen.

“A los tres días me avisaron que sí pasé la entrevista. Y ahora me dieron una cita con un juez para que él decida”, dijo Arreola.

Arreola no es la única que esquivó la deportación en mayo. El mismo día que se presentó a su cita, otro inmigrante, Luis Jaime Avila Medrano, salió de las oficinas de migración exitosamente. Pero le pidieron que se presentará más tarde para ponerle un grillete de monitoreo electrónico en el tobillo.

“No se ha acabado, se siente como que no estamos despertando de esta pesadilla”, dijo Sofia Avila Medrano, la hermana del mexicano, ese mismo día en la puerta de la oficina de ICE.

Por ahora, Arreola celebra que no será separada de su familia, pero deberá presentarse nuevamente en las oficinas de migración el 21 de noviembre.

“Muchos de ustedes estuvieron ahí para ayudarla”, dijo Andiola, la hija de Arreola en un video público en Facebook. “Tenemos el miedo de que nos vayan a separar, pero hay mucha esperanza en organizarnos, en involucrarnos, en saber nuestros derechos, en ir con abogados para que sepamos como luchar”.

Arreola aconseja a otras personas que conozcan sus derechos.

“Todos tenemos derechos aunque somos indocumentados, tenemos derechos. Mucha gente no sabe”, dijo Arreola.