Palabras podrían cambiar vidas en el “limbo”

PHOENIX – Juan Miguel Cornejo salió en libertad del Centro de Detenciones de Inmigrantes de Eloy en Arizona después de haber estado allí por 8 meses. Por su experiencia quizo hacer algo para las personas detenidas que enfrentan una deportación y se sumó a “Uno por Uno” un grupo que forma parte de la organización PUENTE.

El grupo organizó un evento titulado “Cartas a Eloy” para escribir mensajes de apoyo a los detenidos en ese centro.

Tras las rejas e incertidumbre de no saber cuando tendrán la oportunidad de estar reunidos en su casa con sus familiares muchos de los detenidos esperan recibir algunas palabras de motivación, explicó Cornejo. Y aseguró que esto es lo que le ayudó a sostener sus esperanzas día a día.

“Me sentía muy seguro sabía que había personas que estaban luchando aquí afuera por mí, por varios compañeros adentro y eso nunca me hizo perder la esperanza hasta en los momentos más difíciles”, recordó Cornejo. “Yo pensaba en la gente que me escribía las cartas y sabía que no estaba solo”, dijo Cornejo.

Adela Lozano también es parte del grupo. Y para ella es muy personal porque su esposo se encuentra detenido desde hace dos años en Eloy. Lozano dijo que escribir una carta es tanto para darle ánimo a su esposo como para mantener viva su esperanza.

“Hay mucha gente que no tienen familiares esperando su liberación y necesitan de apoyo, necesitan un poco de alegría, por eso estamos aquí para reunirnos y escribirles cartas a cada uno de ellos”, dijo Adela.

Los voluntarios juntaron 47 cartas para ser repartidas entre las personas en el centro de detención. Debido a que las instalaciones se encuentran a una hora de Phoenix, no siempre es fácil que los detenidos puedan recibir una visita.

“La verdad que cuando uno está en detención, ya no existe moral”, dijo Cornejo quien tiene un caso pendiente de asilo político. “Nos sentimos desprotegidos, nos sentimos humillados, nos sentimos totalmente segregados, discriminados. Al recibir las cartas fue todo diferente, todos mis compañeros sonreían”, dijo el mexicano.

Los voluntarios de “Uno por Uno” esperan recaudar fondos en los próximos meses vendiendo algunas de las artesanías que hacen los detenidos para comprarles comida -aparte de la que reciben en el centro- y efectos personales. Además de escribirles cartas les suben el ánimo con visitas que hacen cada fin de semana para reconfortarlos cara a cara mientras esperan una resolución a su caso migratorio. Para más información sobre este grupo se puede visitar PUENTE en su sitio de internet.