El déficit de atención: Cuando hacer la tarea se vuelve un calvario

PHOENIX – Lorenzo es un niño de 10 años que como cualquier otro suele hacer todo tipo de actividades en la escuela con sus amigos e incluso en casa, pero cuando llega la hora de estudiar, es cuando se le complica.

Después de ocho horas en el aula escolar, Lorenzo hace la tarea en su casa con una maestra particular por una hora. Esto es debido a que Lorenzo le cuesta trabajo concentrarse en sus estudios aunque no se distrae o desinteresa en otras actividades, explicó Cecilia García, su madre.

Hace dos años Lorenzo fue diagnosticado con TDAH un trastorno por déficit de atención e hiperactividad conocido en inglés como ADHD. Es un padecimiento médico que dificulta la concentración, la habilidad para prestar atención, o controlar la inquietud.

Para algunas familias como la de Lorenzo enfrentarse con ese diagnostico puede ser sobrecogedor al principio por falta de información y tabúes sobre la condición.

Jamie Timmerman, sicóloga de Crismon Elemetary School, explicó que algunas veces las familias no quieren reconocer que sus hijos necesitan apoyo, tanto a nivel sicológico como educativo.

“En realidad, el ADHD no es una enfermedad”, dijo Shiloh Lundahl, terapeuta infantil y familiar quien a diario trabaja con familias que se encuentran enfrentado esta situación. Lundahl afirmó que el ADHD incluye “un grupo de síntomas que son resultado de la forma que el cerebro procesa la información”.

COMO IDENTIFICAR EL ADHD

De acuerdo a Lundahl, una de las formas en las que se puede saber si un niño padece de déficit de atención es vigilando lo que hace. Lundahl asegura que una persona con ADHD trata de evitar hacer cosas que no son de su interés. Por ejemplo, en vez de que un niño esté pensando en hacer la tarea primero y después ir a jugar, el piensa en la fatiga que le causa hacer la tarea hasta el punto que se siente incómodo haciéndolo y busca cualquier otra distracción.

“En el momento que intento hacer la tarea con él, veo que se distrae fácilmente”, dijo García.

Algunos niños también son impulsivos y eso afecta su comportamiento en el salón de clase, agregó Lundahl.

Varios especialistas y estudios confirman que el promedio en el cual se le diagnostica a un niño con déficit de atención es entre los 3 y 7 años de edad.

Algunos síntomas que ayudan a descubrir si el niño tiene o no ADHD son:

– Se le dificulta seguir instrucciones.
– Tiene dificultad para prestar atención en actividades laborales, escuela, trabajo o en el hogar.
– Suele perder las cosas que necesita para las actividades de la escuela, el trabajo y el hogar.
– Parece no escuchar.
– No presta mucha atención a los detalles.
– Parece desorganizado.
– Tiene problemas con tareas que requieren de una planificación previa.
– Se olvida de las cosas.
– Se distrae con facilidad.

Lorenzo, de 10 años, estudia por una hora después de llegar de la escuela en su casa, el 2 de marzo del 2017. (Foto por Maria Berrelleza/Cronkite Noticias).

SIMILARES AL ADHD

Así como el ADHD también hay otros trastornos similares. Según Lundahl, son tres los padecimientos médicos que tienen los mismos síntomas, y es muy fácil diagnosticar incorrectamente o confundir los síntomas de un niño con lo que podría ser:

1. Autismo
2. Procesamiento Sensorial o
3. ADHD

“El autismo es similar al ADHD es ciertos aspectos”, dice Lundahl. Por ejemplo, niños que tienen autismo también sufren de problemas de concentración.

Una de las formas para no confundir estos 3 desórdenes de la atención de acuerdo a Lundahl, es haciendo ciertas preguntas no sólo a los padres del niño sino también, a maestros en la escuela ya que ellos también pasan una gran parte del día con los niños.

“Tienen que tener los comportamientos por los menos en dos lugares, puede ser en la escuela y en el hogar”, dijo Lundahl, quien explica que si una persona actúa diferente en dos lugares diferentes lo más probable es que no tengan ADHD. “Tal vez es ansiedad”, aclaró Lundahl, ya que la ansiedad dificulta la concentración al igual que el ADHD.

“Si nosotros vemos que no es la ansiedad, ni es la educación y que sus síntomas o comportamiento no tienen que ver con los cinco sentidos o el autismo entonces es ADHD”, dijo Lundahl.

COMO LAS ESCUELAS AYUDAN A FAMILIAS CON EL DIAGNÓSTICO DEL NIÑO

García dijo que tuvo que ser muy proactiva con la escuela para insistir que se le diera la atención necesaria a Lorenzo para que pudiera desempeñarse exitosamente más allá de sus desafíos de concentración.

Algunas escuelas primarias como Crismon Elementary School, ofrecen ayuda a padres de familia guiándolos en qué hacer en caso de que efectivamente su hijo tenga el déficit de atención.

De acuerdo a Timmerman, psicóloga de Crismon Elementary School, algunas veces los padres no se dan cuenta de que su hijo puede tener ADHD y es ahí cuando la maestra se involucra en el comportamiento del estudiante dejándole saber a los padres la posibilidad de que necesite ayuda psicológica.

“Nosotros tratamos de aconsejar a los padres para que busquen segundas opiniones médicas afuera de las escuelas, para realmente saber si es o no es en su caso el ADHD”, dijo Timmerman.

RECOMENDACIONES

“En vez de tratar a un niño como un niño que tiene ADHD, yo sugiero a los padres que hagan dos listas de “skills” (habilidades) cosas buenas que hacen los niños y después con las cosas que el niño tiene dificultades”, aseguró Lundahl, un sicólogo.

Eso ayuda a los niños a enfocarse en las áreas que tienen dificultades y crea un plan para superar la situación y los síntomas que los afectan, agregó

Aunque algunos expertos han recomendado medicar a Lorenzo, García desconfía de esa opción.

“Lo que recomiendan es medicina y yo no estoy del todo conforme con medicar a mi niño simplemente porque no hace la tarea”, dijo García.

Finalmente, Lundahl aclaró que los medicamentos para los niños que tienen ADHD son eficaces y empiezan a funcionar rápidamente pero no resuelven los problemas, “lo hacen al momento pero no a largo tiempo”.