Albergues de deportados se preparan en México

La posibilidad de que incremente el número de personas deportadas a México preocupa a varias organizaciones de la sociedad civil en la ciudad fronteriza de Nogales, Sonora.

“Es muy probable que incremente, aunque honestamente el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, un día dice una cosa y después dice otra. Entonces no hay credibilidad en él pero de todas maneras nosotros estamos preparados para solventar la fluencia migratoria aquí en la frontera”, dijo Francisco Loureiro, el director del albergue San Juan Bosco localizado en esa ciudad fronteriza.

Estas fueron declaraciones que hizo Loureiro unos días antes de que se anunciara la posibilidad de que comiencen a ser deportadas a México personas de otros países capturadas en la frontera por las autoridades de inmigración estadounidenses.

Esta semana se dieron a conocer dos memorandos firmados por John Kelly el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés). Uno de estos indica que las personas que sean detenidas por tierra serán deportadas de no ser consideradas un riesgo al territorio desde el cual llegaron, independientemente de su nacionalidad.

La ciudad de Nogales, Sonora cuenta con dos albergues para recibir a inmigrantes. El albergue de San Juan Bosco tiene una capacidad máxima para recibir a 250 migrantes al día.

Loureiro y su familia mantienen este albergue y dijo que “aquí les damos alojamiento, artículos de aseo, ropa y calzado usado en buenas condiciones (y) se les ayuda con el pasaje a la ciudad de origen”.

El fenómeno de las deportaciones no es nuevo para Loureiro que abrió las puertas de su albergue hace 35 años y ha visto varias olas en el aumento y descenso del número de los deportados.

De acuerdo a DHS, la administración de Barack Obama deportó un récord de 2.4 millones de inmigrantes indocumentados.

Las comunidades fronterizas han carecido históricamente de apoyo nacional para atender la problemática de los deportados, explicó Sergio García, el portavoz del municipio de Nogales, Sonora.

“Nogales como el resto de México no tiene prácticamente ninguna preparación”, enfatizó García. “No hay recursos, no hay dinero que pueda soportar al ayuntamiento ante una deportación masiva”.

Pero la implementación de políticas migratorias más duras en Estados Unidos, no ha detenido a algunos migrantes como Jairo Rodillo, un migrante de Nicaragua que llego para cumplir sus deseos de predicar el cristianismo.

“Dejé a mi esposa, a mis hijos y aquí voy vengo siempre voy bueno y sano. En este momento estoy aquí, hasta este momento estoy aquí”, compartió.